lunes, 18 de febrero de 2013

Otra de guardia


Cae una mujer, edad media de la vida, inconsciente, con las pupilas sin respuesta y como platos, y con un tubo en la garganta que nos permitía mantenerla respirada apretando regularmente una bolsa.

Se lo había puesto el cardiólogo.

El cardiólogo verdaderamente se puso las pilas ese día... poco habitual en él.

Colgando inerte de la vida como una bolsa de papas.

-Chicos, vayan a UTI, pidan que nos manden un respirador y alguien que sepa manejarlo.

Salimos, con prisa pero sin correr, vamos por los pasillos y... ¿dónde carajo estaba UTI? Recorremos, preguntamos, nos metemos en un pabellón, salimos, encontramos el pabellón adecuado, subimos: no hay ascensor. Escalera hasta el cuarto piso. Primer piso, segundo... suena el teléfono.

-Dejen chicos, no se preocupen. La paciente falleció.

Volvemos, mucho, pero mucho más despacio.

Así, en el tiempo que tardaste en leer esto.